Liderazgo y autoliderazgo, podría parecer un juego de palabras, sin embargo, no lo es. Veamos.
Cuando un concepto se transforma en una competencia describe una capacidad. En el caso específico de autoliderazgo hace referencia a una variante de liderazgo, aquel que se ejerce sobre la propia gestión.
Por ejemplo, dentro de un grupo de trabajo (del cual no se es el líder formal) poseer la capacidad para comunicar la visión estratégica de un proyecto y lograr que -el proyecto- parezca no sólo posible sino, también, deseable.
En ningún caso el propósito será confrontar. Por el contrario, una persona que evidencia autoliderazgo será, al mismo tiempo, colaborativo, tanto con sus superiores como con sus compañeros.
Autoliderazgo también podrá implicar la capacidad para promover acciones innovadoras, nuevos emprendimientos, transformar las situaciones de cambio en oportunidades, entre otras cuestiones.
Comencemos por el principio, reflexionando acerca de…
Si cuando presenta un proyecto, sus interlocutores lo ven como algo posible y deseable.
Si cuando está a cargo de un proyecto genera compromiso en otras personas relacionadas con el tema.
Si cuando es responsable de gestionar una tarea relevante, llevar adelante un proyecto, logra motivar a otras personas.
Si sus últimos proyectos / propuestas fueron innovadores, por ejemplo, por proponer soluciones nuevas y/o diferentes.
Si siente / percibe que es reconocido como experto en temas de su incumbencia / responsabilidad.
Ahora, pasemos a la acción.
En la generación de una idea y el diseño de un proyecto, tener en cuenta que este debe ser posible y deseable desde la perspectiva de otras personas, en especial las que de algún modo están involucradas.
Su propuesta, proyecto, idea, debe generar motivación y compromiso genuinos, en las personas cercanas a usted.
Del mismo modo, su propuesta, proyecto, debe generar motivación y compromiso en un entorno más alejado al habitual / frecuente o cotidiano.
Su meta debe ser siempre la innovación, ideando soluciones nuevas, diferentes a lo habitual, que impliquen -quizá- alejarse de la zona de confort para alcanzar resultados superadores.
Su meta, al generar nuevos emprendimientos, debe incluir -en algún grado- la posibilidad de transformar las situaciones de cambio en oportunidades.
Un líder debe ser, además, un experto reconocido (en su tema) para los equipos con los cuales interactúa.
En resumen, autoliderazgo no es disputar el liderazgo de otro. El propósito será transformarse en un líder de su propia gestión, de su área de responsabilidad y ámbito de acción.
El liderazgo como el autoliderazgo son capacidades que se pueden poseer de manera innata y, también, desarrollar. En todos los casos, siempre es posible alcanzar un nivel superior.
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