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Foto del escritorMartha Alles

Conciliar vida profesional y personal

Como es conocido, soy esposa, mamá y abuela. Pero esto no siempre fue así. Primero fui una niña que comenzó el colegio a los 5 años y que vivía en el interior de mi país, en la ciudad de Esquina, sobre el río Corrientes. Tuve la suerte estudiar en uno de los históricos Colegios fundados por el Presidente Sarmiento, en el siglo XIX.

Después, siendo muy joven, comencé a trabajar. A los 17 ya tenía un empleo formal mientras estudiaba en la universidad. En pocos años me recibí de Contadora Pública, luego me casé y además de todo lo anterior, me hice cargo de la casa, con algunos conocimientos básicos y ausencia de otros. Más tarde fui mamá y así siguió la vida.

Entonces, administrábamos el tiempo y responsabilidades sufriendo el síndrome de “la mujer maravilla”.

Sobre las últimas décadas del siglo XX, los empleadores miraban, casi con el ceño fruncido. a las profesionales jóvenes que, además, éramos mamás de niños pequeños.

Veamos el contexto: no en todos los hogares se contaba con un teléfono, no existían los celulares, ni Internet, ni se hacía home office, ni…

Por aquel entonces, en la década del ’80, se comenzó a hablar del “balance vida – trabajo”, frase que comprendía solamente a las mujeres con niños pequeños. Las demás personas, se presumía, no tenían -o no debían tener- ningún problema en el balance de sus vidas…

Y así, llegaron los últimos años del siglo XX. Comenzó el siglo XXI. Con celulares, Internet, teletrabajo. También, personas, especialmente jóvenes, que comenzaron a demandar tiempo para otros intereses.

Al concepto “balance vida – trabajo”, me gusta calificarlo como “ochentoso” -término usualmente utilizado para definir tendencias de una época- para enfatizar que ha quedado fuera de época. ¿La razón? El interés actual no está solo acotado a la mujer, ni solo sienten esta necesidad personas que son padres. Muy por el contrario, todas las personas, en todos los ámbitos, edades y situación, desean conciliar los distintos aspectos de su vida.

En lo personal, y desde los tempranos ‘80, me han convocado a dar conferencias sobre estas cuestiones, en todas las etapas que describí precedentemente, incluyendo una invitación del Vaticano en el año 2002. Observar la realidad me hizo dejar atrás el “balance vida – trabajo” para adaptar este concepto a las nuevas realidades. Dejar de lado las vivencias personales para transformar la cuestión en soluciones organizacionales y, también, ayudar a cada uno de los involucrados. Así surgió “conciliar vida profesional y personal”. Al mismo tiempo, los clientes de nuestra firma se interesaron por el tema, tanto desde las áreas de Recursos Humanos como también una preocupación de los líderes, en su rol de directores y jefes. Con toda esta experiencia, escribí Conciliar vida profesional y personal, que salió al mercado en el 2010, con reimpresiones y una nueva edición en el 2016.

El nuevo concepto “conciliar vida profesional y personal” se tornó tema de agenda para todos los números 1, tanto de las grandes compañías como de las medianas y pequeñas. La referida conciliación preocupa a centennials, millennials y, también, a los baby boomers. Es un tema de todos.

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