¿Por qué, en ocasiones, podemos observar que una persona es diferente, actúa diferente, según la ocasión? Es un tema complejo, quizá difícil de comprender…
Comparto una pregunta recibida a través de Instagram (MD): “¿Puede una persona poseer competencias y actuar de otro modo?
Si una persona tiene algún grado de desarrollo de una competencia, siempre estará presente en sus comportamientos. Del mismo, si una competencia no está desarrollada, su ausencia se evidenciará en sus comportamientos.
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta anterior es sencilla y breve: no
No obstante esta respuesta preliminar, es importante analizar la cuestión más en detalle. Para ello, sugiero comenzar por la definición del término.
Competencia hace referencia a características de personalidad, devenidas en comportamientos, que generan un desempeño exitoso en un puesto de trabajo.
Continuando con definiciones importantes y necesarias:
Comportamientos es aquello que una persona hace o dice.
Las competencias, los comportamientos, evidencian nuestra personalidad. Son parte de nosotros mismos, en todo momento, en todo lugar. Las personas somos los comportamientos que los otros ven de nosotros.
No es cierta la afirmación, tantas veces escuchada “una persona es de una manera en su casa y de otra distinta en su trabajo” y tantas otras creencias similares.
Siempre es la misma persona, en todas partes.
Al mismo tiempo es cierto que, todas las personas, podemos limitar nuestros comportamientos en determinadas circunstancias.
Un ejemplo de todos los días: una persona que cruza la calle sin seguir ninguna de las reglas y convenciones generalmente aceptadas, lo hará ordenadamente si se expone a recibir algún castigo por parte de alguna autoridad (policía, agente de tránsito, etc.). La persona en cuestión no ha modificado su modo de comportarse, continuará con el mismo comportamiento (cruzar la calle sin seguir las reglas) cuando la ocasión se lo permita.
Del mismo modo, si una persona tiene una fuerte orientación a satisfacer los deseos de otras personas, por ejemplo, al evidenciar un nivel alto de la competencia orientación al cliente, también tendrá un accionar similar, en la relación con sus amigos y familiares.
En otro ejemplo similar al anterior, una persona con un alto grado de desarrollo de la competencia “calidad y mejora continua”, evidenciará también estos comportamientos al realizar las compras en el supermercado, en ese caso, controlará la fecha de vencimiento en los alimentos.
A modo de resumen, en las organizaciones, un interrogante frecuente es:
¿Por qué -con cierta frecuencia- se piensa que un colaborador, un jefe, tiene ciertas competencias y no las usa?
Como decíamos, una persona es siempre la misma, en todas partes, en todo momento. Si un colaborador, un jefe, posee una competencia, en cualquier grado de desarrollo, la misma se evidenciará, de un modo u otro, en sus comportamientos. No obstante, el contexto, el entorno, podrá condicionar su accionar.
Un jefe inspirador, logrará obtener comportamientos positivos de su equipo de trabajo.
Un jefe podrá controlar los aspectos negativos de un colaborador, pero deberá saber que estos podrán presentarse nuevamente.
Desde la mirada organizacional, recomendamos a nuestros clientes, ser precavidos en la selección de nuevos colaboradores. Siempre será conveniente que las personas posean el nivel requerido de las competencias, según el puesto que estas ocupan, recordando que las competencias se miden según los comportamientos observados.