Innovación y creatividad es una competencia, por lo cual, sus comportamientos se podrán evidenciar en distinto grado o nivel y, además, en todo momento y lugar. No implica que una persona deba ser “creativa e innovadora” todo el día, a toda hora, proponiendo acciones quizá inaplicables o fuera de contexto.
Adicionalmente, a esta competencia, como tantas otras, usualmente se la asocia con temas laborales y profesionales y es correcto que así sea. No obstante, podrá aplicarse en otros ámbitos y, también, podrá desarrollarse por caminos diversos, fuera del ámbito organizacional.
¿Por qué son importantes estos conceptos?
Me permití iniciar estas líneas con las dos reflexiones anteriores, para poner en contexto el tema. De alguna manera, desmitificar la cuestión para quitarnos las ataduras, para que cada uno se permita a sí mismo ser innovador y creador, aún en pequeñas cosas.
Con frecuencia nos plantean que no es posible “innovar” porque las circunstancias no son favorables, ya sea por la cultura organizacional, por la actitud más o menos manifiesta de un jefe, entre otras razones. Es posible que ambas cosas sean ciertas. No obstante, se podrá analizar cuáles cuestiones sería factible mejorar, dentro del ámbito de responsabilidad, dentro del propio equipo, etc.
Recuerdo una deliciosa película, Pleasantville (en Sudamérica se llamó Amor a colores y en México Amores a colores), una película del año 1998, dirigida por Gary Ross, en la cual uno de los personajes, Bill Johnson -interpretado por Jeff Daniels- “descubre” que puede hacer ciertas cosas en distinto orden, y obtener el resultado deseado innovando, de alguna manera, el procedimiento estipulado. Si bien es cierto que, muchas veces, no es posible alterar el orden de los pasos, en este caso sí era posible. También, en muchas ocasiones, al igual que en la película, pequeñas o grandes acciones permiten mejorar la forma de hacer las cosas, el resultado, etc.
A modo de spoiler les cuento que, en el caso del personaje citado, permitirse hacer algo distinto fue para él una forma de liberación que lo acercaba al arte y cambió su vida.
¿Es posible aplicar Innovación y creatividad en la vida profesional y, también, en la personal?
Sí.
La innovación y la creatividad, consideradas por separado o, como vimos anteriormente, uniendo ambos términos en una sola competencia, son capacidades que nos ayudarán a resolver cuestiones en la vida cotidiana, tanto en el ámbito profesional como en el personal.
Con frecuencia, para nuestras empresas clientes, preparamos guías para el autodesarrollo dentro del trabajo con consejos específicos aplicables en el ámbito organizacional los que, en la mayoría de los casos, podrán ser aplicados, además, en la vida personal.
Como decíamos al inicio, los comportamientos se pueden evidenciar, también, en otros ámbitos. Veamos - según la obra Diccionario de comportamientos. La trilogía. Tomo 2- algunos comportamientos de la competencia Innovación y creatividad:
Posee una clara visión de los temas bajo su responsabilidad, lo que le permite generar propuestas de solución novedosas y originales.
Aplica los métodos de trabajo ofreciendo nuevas y diferentes soluciones que contemplan los intereses de los clientes internos y externos.
Ambos conceptos, si bien fueron escritos con una mirada organizacional, se podrían identificar -por ejemplo- entre los comportamientos de una persona que está preparando una cena para recibir invitados, una actividad que lleva a cabo en su “vida personal”.
Algo similar ocurre con el siguiente comportamiento:
Aplica prácticas innovadoras y creativas que posicionan su gestión en un rol de liderazgo entre sus compañeros de trabajo.
Una persona, para su familia, para su grupo de amigos, podrá ser un referente por evidenciar comportamientos innovadores, ya sea al proponer una solución a una cuestión determinada, una salida diferente, etc.
A modo de cierre
La competencia Innovación y creatividad, es una capacidad que se pueden poseer de manera innata y, también, desarrollar.
El desarrollo se podrá realizar a través de actividades que se lleven a cabo dentro del ámbito organizacional y, además, a través de acciones relacionadas con la vida personal, desde practicar un hobby hasta considerar la implementación de soluciones novedosas y originales en aquellas tareas y responsabilidades que, quizá, se llevan a cabo como “una obligación”. Por ejemplo, aquellas tareas que se realizan en relación con la administración del hogar.