Recientemente hemos publicado varios post: Líderes hoy, Jefes hoy, Colaboradores hoy, Todos nosotros hoy y mañana. Allí me referí a competencias y valores necesarios hoy y mañana. Continuando con estas reflexiones, sumo este post.
Muchas veces me preguntan ¿cuáles serán las competencias necesarias para enfrentar el futuro? Es decir, mirando al futuro. Hablar sobre el futuro implica que, siempre, cualquier análisis que se realice, será limitado, condicionado, por la incertidumbre. No obstante, el esfuerzo debe hacerse.
Por otra parte, los modelos de competencias deberían definirse siempre mirando al futuro, en ese caso, el futuro según la visión organizacional. Por lo tanto, la respuesta a esta cuestión debería incluir, desde mi perspectiva, una mirada conjunta “pasado – presente – futuro”.
Ahora bien, la pandemia 2020 ha llevado a más de medio planeta a una situación impensada. Las personas, no todas, pero sí un número relevante, comenzaron a trabajar desde el hogar, con mayor o menor preparación al respecto. Debieron desplegar solos o con algún apoyo / ayuda, una serie de actividades nuevas o, sin ser totalmente nuevas, de uso hasta ese momento escaso e infrecuente.
Entre nuestro pasado reciente, el presente y, también, el futuro, deseo destacar valores que comenzaron a ser considerados importantes, como el cuidado del medio ambiente, la sustentabilidad, la diversidad, entre otros.
Una organización podrá disponer de una nueva tecnología para resolver una situación/problema, pero, al mismo tiempo, deberá considerar los aspectos éticos involucrados. En todas las disciplinas. Los avances tecnológicos producen fascinación por un lado y, por otro, no siempre los valores son considerados en su desarrollo, lo cual entraña riesgos/ consecuencias que -eventualmente- pueden ser muy importantes.
El avance tecnológico, por ejemplo, en el mundo digital es vertiginoso y, de un modo u otro, ha ingresado en nuestras vidas. Nos asombramos como, mientras estamos leyendo el diario en una aplicación, aparecen ante nuestros ojos esos zapatos que miramos hace solo un rato en Instagram y así, miles de anécdotas. ¿Hasta dónde “está bien una intromisión” y cuándo deja de estarlo?
¿Cuánto saben de nosotros los gobiernos, las fuerzas de seguridad, etc.? En el plano empresarial, ¿cuánto conocen de nosotros nuestros competidores? Nunca lo sabremos…
Este conocimiento es utilizado de manera positiva para detectar el virus (en la pandemia 2020) y/o también para conocer la forma que pensamos e impedir la libre opinión. Es un tema difícil.
¿Cómo se usa la información disponible (Big Data)? Si el uso es el correcto, no habrá objeciones (o habrá pocas objeciones). Si, por el contrario, dicha información es utilizada por personas mal intencionadas, estas podrían llevar a cabo acciones delictivas o, cuando menos, reñidas con las buenas costumbres y valores morales.
Desde la mirada del CEO y del Director de Recursos Humanos, ¿cómo resolver la cuestión planteada?
Nuestra propuesta es que en los modelos de competencias se incluyan, como competencias cardinales, es decir para todos los colaboradores de la organización, al menos dos competencias que apunten al equilibrio: Ética y Conocimientos técnicos. De este modo, los comportamientos éticos controlarán el avance de los conocimientos, para que su aplicación se realice de acuerdo con valores, en especial, ética (ya mencionada) y respeto. Parece obvio, ¿lo es?
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