Muchas veces me preguntan ¿cuáles serán las competencias necesarias para enfrentar el futuro? Es decir mirando al futuro.
Hablar sobre el futuro implica que, siempre, cualquier análisis que se realice, será limitado, condicionado, por el presente. No obstante, el esfuerzo debe hacerse.
Por otra parte, los modelos de competencias, también deberían definirse siempre mirando al futuro, en ese caso, el futuro según la visión organizacional.
Por lo tanto, la respuesta a esta cuestión debería incluir, desde mi perspectiva, una mirada conjunta “pasado – presente – futuro”.
Pasado para aprender. Presente para analizar qué se debe hacer ahora. Futuro para planear y anticiparnos a lo que vendrá, para prepararnos.
Este año se cumplieron 50 años de la llegada del hombre a la Luna, gesta gloriosa como pocas que, sin embargo, sus detractores imaginaron falsa, un engaño a la humanidad. Ejemplos similares abundan. Las ideas conspirativas suelen, también, encontrar interesados y seguidores.
En otro plano de cosas, en el siglo XXI, otros valores comenzaron a ser considerados importantes, como el cuidado del medio ambiente, la sustentabilidad, la diversidad, entre otros.
Una organización podrá disponer de una nueva tecnología para resolver una situación/problema, pero, al mismo tiempo, deberá considerar los aspectos éticos involucrados. En todas las disciplinas. Los avances tecnológicos producen fascinación por un lado y, por otro, no siempre los valores son considerados en su desarrollo, lo cual entraña riesgos/ consecuencias que -eventualmente- pueden ser muy importantes.
El avance tecnológico, por ejemplo en el mundo digital es vertiginoso y, de un modo u otro, ha ingresado en nuestras vidas. Nos asombramos como, mientras estamos leyendo el diario en una aplicación, aparecen ante nuestros ojos esos zapatos que miramos hace solo un rato en Instagram y así, miles de anécdotas. ¿Hasta dónde “está bien una intromisión” y cuándo deja de estarlo?
¿Cuánto saben de nosotros los gobiernos, las fuerzas de seguridad, etc.? En el plano empresarial, ¿cuánto conocen de nosotros nuestros competidores? Nunca lo sabremos…
¿Cómo se usa la información disponible (Big Data)? Si el uso es el correcto, no habrá objeciones (o habrá pocas objeciones). Si, por el contrario, dicha información es utilizada por personas mal intencionadas, estas podrían llevar a cabo acciones delictivas o, cuando menos, reñidas con las buenas costumbres y valores morales.
Desde la mirada del CEO y del Director de Recursos Humanos, ¿cómo resolver la cuestión planteada en párrafos previos y en el título “Avances tecnológicos versus valores”?
Nuestra propuesta es que en los modelos de competencias se incluyan, como competencias cardinales, es decir para todos los colaboradores de la organización, al menos dos competencias que apunten al equilibrio: Ética y Conocimientos técnicos. De este modo, los comportamientos éticos controlarán el avance de los conocimientos, para que su aplicación se realice respetando valores, en especial, ética (ya mencionada) y respeto. Parece obvio, pero no lo es.