En la Av. Martín Garcia al 300 se encuentra el Palacio Lezama. Edificio de oficinas construido en 1910, para la Fábrica de Fideos y Bizcochos Canale, junto a los Talleres Viuda de Canale e Hijos.
Más concretamente, en el número 348, se encuentra una de sus puertas de entrada, cuya foto ilustra este post, donde puede leerse “OFICINA DE PERSONAL”
El edificio en cuestión fue reciclado y expandido por LUMI Construcciones, obra proyectada por el Estudio McCormack y completada en el 2014. Desde entonces sus seis pisos albergan el Ministerio de Modernización, Ministerio de Espacio y Ambiente Público, Ministerio de Desarrollo Urbano y Sindicatura General del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Muchos podrán acordarse… Oficina de Personal se llamaba, en algunas empresas, al sector que se ocupaba de los temas relacionados con el personal. No todas contaban con esta “oficina”, solo aquellas más afortunadas, con políticas, métodos y procedimientos más avanzados. Y no hablo de mucho tiempo atrás…
La expresión Oficina de Personal se utiliza para denominar a aquel sector en el cual se llevan a cabo un conjunto de tareas sobre aspectos administrativos y legales relacionados con las personas, de todos los niveles, que integran la organización.
Hoy, muchas organizaciones, cubren las mismas funciones, quizá con otro nombre, más acorde a los tiempos actuales. ¿Pero, han evolucionado realmente? ¿Brindan a sus colaboradores y a la entidad un servicio más completo?
Haciendo un juego de palabras, a una de mis obras la he titulado 5 pasos para transformar una Oficina de Personal en un área de Recursos Humanos. La pregunta será, entonces, qué aspectos del área se deben transformar. La respuesta es sencilla: se deberá lograr que el área, además de realizar todo lo mencionado, brinde soporte a la Dirección General para alcanzar la estrategia organizacional, propósito que concierne a organizaciones de cualquier tipo y tamaño.
En muchas empresas, el área de personal realiza una serie de funciones adicionales a las administrativas, pero no todas las posibles, y quizá no todas bien; por una razón u otra, la gestión del área no cubre ni las expectativas de la alta dirección, ni la de los colaboradores. Muchas veces no se trabaja siguiendo las buenas prácticas, diseñando métodos de trabajo de cara al futuro. En resumen, un cambio es necesario.
La administración de personal es una de las funciones del área de Recursos Humanos. Sin esta no serán posibles las otras. Pero, a su vez, sin la presencia de las otras funciones no se podrá denominar al área “Recursos Humanos”.
Con frecuencia, dueños de empresas grandes, medianas y pequeñas, números 1 de organizaciones, directivos de áreas diversas, jefes de grupos más o menos numerosos, solo por citar algunos casos, me preguntan qué hacer para lograr esta transformación a la que aludimos.
La cuestión es casi siempre la misma, por dónde comenzar, cómo abordar un tema tan complejo, con tanto en juego. Como decíamos, en ocasiones “algo se hace” –en materia de Recursos Humanos–, pero no da los resultados esperados: o los colaboradores, o los jefes, o los directivos, o todos ellos, no están conformes.
Como en otros aspectos, no existe una única solución, los pasos deberían darse de uno en uno, en una única dirección. El área de Recursos Humanos deberá ayudar a la dirección de la empresa a alcanzar sus objetivos cuidando, al mismo tiempo, los intereses de las personas que la integran. Difícil y posible a la vez.